Tenía que hacer unas mierdas para mañana. La gran emoción de hacer esas mierditas, llamadas madalenas, magdalenas o como mierda se llamen.
El horno es una mierda.
El gas no tiene presión.
La mezcla salió bien.
Detesto soberanamente cocinar por compromiso. Si cocino algo, obviamente tengo que tener ganas de hacerlo y ponerle todo el sentimiento. Sí, como tu torta, Juan G. Mollo.
Pero estas mierditas que salieron deformes no. Me las voy a comer mañana en el curso. He dicho. Para qué gasto plata al pedo? Para qué?!?! Estoy bien así, no necesito nada más. Eso sí. Están ricas.
Suficiente por hoy de cocina. Ah, no. No terminé de cocinar. LA RECONCHA DE MI MADRE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario