Estos días de trabajo extra, tuve la (mala) suerte de viajar más en colectivo. Traté de pasarlo lo mejor posible, pero... por favor, dejen a los locos en sus casas!
Volviendo a casa, sube un señor al bondi y se sienta en el asiento enfrentado al mío. Al principio todo normal, hasta que tuvo una molestia en au nariz. Resopló varias veces... tres kilómetros. Lo hizo en todas las tonalidades, en todos los volúmenes, en todas direcciones. Y su molestia seguía.
Me rompió soberanamente las pelotas el ruidito todo el puto viaje. Hubiera preferido que se meta un dedo en la nariz, viejo tucán.
Por suerte bajó... y no terminó ahí. Gracias al semáforo pude observar los ademanes que hacía con su mano, elevándolas hacia el oscuro cielo, como rezándole al Dios Sifón. Elevaba los brazos, los agitaba y los bajaba. Resoplaba. Elevaba los brazos, los unía, los bajaba. Resoplaba.
La reconcha de la lora, menos mal que no le di pañuelitos, a ver si todavía me sacrificaba!
Suficiente por hoy de locos
*no tengo ni la mas puta idea de si es un resoplo la salida brusca de aire por medio de la cavidad nasal, asi que le mande resoplo porqye quedaba bonito. No me rompan las pelotas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario