lunes, 29 de junio de 2015

Una ardillita muy putita



Hay veces que me pregunto ¿Es verdad esto que pasa?

Hoy vino ella. Ella es una chica de veintipico. Un metro cincuenta, cabellos rubios oxigenados que simulan un natural, tez "simil té con leche"... Ella usa calzas negras, que marcan sus nalgas no trabajadas. Ella llegó, no llorando, más bien sonriendo. Me miró a través de una vitrina llena de esmaltes, la miré. Parecía una ardilla mirando nueces... su mirada penetró mis ojos cual negro atacando a una rubia virgen. Haciéndose la tímida y tierna niña que nunca fue, me pidió el antitranspirantes para elefantes que suele usar. Bromeó sobre mi apariencia y se retiró, llena de júbilo, como cuando una araña caza una polilla.

Luego de este texto pedorro que escribí, amplío la info que doy... Este ser trabaja en el mismo lugar que una amiga. Yo la paso a saludar a ella y cuando la ardillita me ve, por poco se mea encima. Vive tirando indirectas muy directas como "te voy a chapar" o "cómo me gustás". ¿Pero qué se creé el bicho raro este? Es una creída a más no poder, no saluda, no es simpática, NADA. Se creé Afrodita y no pasa de Discordia.

Suficiente por hoy de estas negras paceñas que me tienen ganas.

PD: Para vos, Arjona. Ahí tenés metáforas mejores que las tuyas, gil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario